Nunca imaginé que pasar muchas horas en el aeropuerto sería una experiencia inolvidable.
Tuve una escala complicada y esperé 10 horas en Panamá para tomar el próximo vuelo que me lleve a mi destino.
No estaba en mi presupuesto quedarme en un hotel, así que decidí dormir en el aeropuerto ¿Qué hacer durante todo ese tiempo? Empecé haciendo un recorrido por el aeropuerto. Cansada de visitar tiendas decidí sentarme en una de las salas de espera. Allí, encontré personas de diferentes edades y nacionalidades, unos conversando, otros, absortos en sus celulares; algunos, tratando de dormir. Tímidamente me acerqué a una pareja de jóvenes japoneses y conversamos un rato. Luego, cansada, puse mi mochila debajo de una hilera de sillas y dormí un par de horas; cuando desperté, el aeropuerto estaba en completo silencio e instintivamente caminé por los pasillos y tropecé con una capilla.
Tuve una escala complicada y esperé 10 horas en Panamá para tomar el próximo vuelo que me lleve a mi destino.
No estaba en mi presupuesto quedarme en un hotel, así que decidí dormir en el aeropuerto ¿Qué hacer durante todo ese tiempo? Empecé haciendo un recorrido por el aeropuerto. Cansada de visitar tiendas decidí sentarme en una de las salas de espera. Allí, encontré personas de diferentes edades y nacionalidades, unos conversando, otros, absortos en sus celulares; algunos, tratando de dormir. Tímidamente me acerqué a una pareja de jóvenes japoneses y conversamos un rato. Luego, cansada, puse mi mochila debajo de una hilera de sillas y dormí un par de horas; cuando desperté, el aeropuerto estaba en completo silencio e instintivamente caminé por los pasillos y tropecé con una capilla.
No tenía idea que podía haber una en un aeropuerto. Entré y empece a orar como hace mucho tiempo no lo hacía. Las luces de los vitrales le daban un toque sacrosanto al lugar. Al fondo de la capilla, un hombre había acondicionado una banca como cama y dormía profundamente. Regresé despacio al lugar donde había estado antes. Qué curioso, sentí una paz y tranquilidad indescriptibles. Cuando me di cuenta eran las 4:00 am y sólo había un snack abierto en el cual compré un chocolate caliente. A mi alrededor, desfilaba el personal de limpieza haciendo danzar sus escobas de un lado para el otro. Decidí dormir un rato más. Otra vez reinó el silencio y me pareció que el tiempo se hubiera detenido, como si las horas no corrieran y pensé como en un pequeño espacio podía conglomerarse gente de todo el mundo aunque sea por unas horas, con diferentes propósitos, hablando diferentes lenguas, de varias razas y etnias, pero con algo en común: llegar a algún lugar del planeta. No sé si vuelva a quedarme tanto tiempo en un aeropuerto, de lo que sí estoy segura es que fue una experiencia gratificante que recordaré siempre.
Les dejo esa fotito, la tomé de regreso de La Habana a Panamá. Literalmente se ve toda la ciudad de Panamá
¿Alguna vez les sucedió algo similar? ¡Cuéntame tu experiencia!
UNA NOCHE EN EL AEROPUERTO ✈️
by
Ruta51
on
marzo 30, 2018
Nunca imaginé que pasar muchas horas en el aeropuerto sería una experiencia inolvidable. Tuve una escala complicada y esperé 10 ...